¿Con que cara iremos a las tumbas de los héroes de aquel abril glorioso?
¿Con que discurso vació, adornado con malversadas flores, se atreverán a perturbar, los falsos patriotas, la tranquilidad de nuestros gloriosos héroes?

Hace cuarenta y dos años que los dominicanos mas retrógradas de la nación, viéndose derrotados por quienes reclamaban la vuelta a la constitucionalidad, traicionaron la patria legalizando otra intervención estadounidense en suelo dominicano.

Más de cuatro décadas han pasado desde que las botas de soldados extranjeros troncharon el intento de retornar al poder la voluntad popular aplastando el entusiasmo y la esperanza de un pueblo que se batía en busca de felicidad y bienestar a través de una verdadera democracia.

Pronto se cumplirán cuarenta y dos años desde que el pueblo inició la resistencia y el repudio a los invasores.

Irónicamente, cuarenta y dos años después, los “otrora” invasores nos asesoran en las áreas de cuarentenas de plantas y animales, nos “brindan” su cooperación en la detención de arma de fuego y explosivos y refuerzan sus “vínculos” militares a través de la “cooperación” en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico.

Los mas de una vez invasores, preparan nuestras fuerzas armadas, “cooperan” en la “lucha contra el terrorismo” y nos brindan “asistencia técnicas” en el área de derechos humanos, tecnología y modernidad del Estado.

Los bandoleros usurpadores, después de 42 años de intervención, dictan las reglas en nuestros aeropuertos, controlan los factores económicos con tratados abusivos para nuestros trabajadores, nos “cuidan” nuestra frontera, nos asignan su ejercito para construirnos “escuelas” y convierten nuestros presidentes en gobernadores de segunda clase.

Cuarenta y años más tarde, y con la aprobación de nuestros gobernantes, los invasores han tornado la invasión en dominación.

De una u otra forma, los invasores influencian nuestra política económica, imponen su política comercial, diseñan nuestra política militar, nuestra política educativa y sobre todo, nuestra política exterior.

Los invasores aprueban o desaprueban la elección de “presidentes” quienes a su vez demuestran su agradecimiento por medio de condecoraciones, placas y reconocimiento al cabecilla invasor.

¡Cuatro décadas y lo único que hemos obtenido es la libertad de asentir a sus reclamos y a sus exigencias!Cuarenta y dos años han pasado y los malditos invasores no se han retirado.

¿Con que cara iremos a las tumbas de los héroes de aquel glorioso abril?
¿Con que discurso vació, adornado con malversadas flores, se atreverán a perturbar, los falsos patriotas, la tranquilidad de nuestros gloriosos héroes?
¿Quiénes tendrán el descaro de explicarles a los militares y civiles caídos a manos del poderío militar de los invasores, que su muerte no fue en vano?

¿Cuantos les pediremos perdón por haberlos decepcionados?

Felipe Lora

Escrito en Abril del 2007
A 42 años después del inicio de la invasión