El quisqueyano es un ser
con una forma de hablar
que si no eres del lugar
no lo podrás entender.
Por ejemplo, a la mujer
que se ve tan bien que aflora
le decimos ¡abusadora!
y palillo si esta “flaca”,
pero le llamamos “vaca”
si es una comedora.
El peso es un “cohete”,
una “raya” o un “duarte”,
pero si piensan “picarte”,
entonces es un “tolete”.
Buena hembra: es un “filete”,
el “chele” es un centavo
y se está comiendo “un clavo”
el que no tiene trabajo;
las bromas son un “relajo”
y al alto le dicen “pavo.”
Si habla mucho es un “loro”,
y el novato es un “palomo”;
al ron le decimos “romo”
y llamamos “lodo” al moro.
Compartir es hacer “coro”,
un poquito es un “chín”
y lo que no tiene fin
dura hasta que se acabe.
Es un “lince” el que sabe
y bien lejos es San Quintín.
No se lanzan se “jondean”,
el guapo es un “león”,
el pequeño es un ratón
y el que se burla “tripea”.
Si usted se baja se “apea”
y si es serio es comparón,
si molesta es un “fuñón”
y “pollo” si es buen mozo,
“chulámbrico” es cariñoso
y te “ajuma” al beber ron.
Aqui es un salta pa’ atra’
o un chivito jarto e’ jobo
el que nunca ha hecho un robo,
pero que no tiene na’.
Chepa aquí es casualidad,
cerveza es una “fría,”
“chivato” es un espía
y un apagón, un “fua.”
Cirugía es “cortá”,
política es ratería.
Aquí no somos racistas,
creemos en la igualdad
y decimos la verdad
si es que se nos entrevista.
Mestizos de piel clarita,
indio oscuro o lavao,
prieto, moreno o javao,
pero negro aquí no hay;
eso dice mi compay
que llegó del otro lado.
Si usted quiere aprender
este argó tan peculiar,
usted se debe casar
con uno de los paisanos
y veras que en un verano
será buen conocedor
y sabrá si era mejor
no entender lo que decimos,
pero si escoge el camino
¡Buena suerte mi señor!
El Loro Dominicano
6 de Octubre, 2003